Día internacional de las mujeres. Felicidades a todas ellas y a todos aquellos que en un momento dado de su vida han luchado por conseguir la igualdad entre ambos sexos.
Algunos dirán que ya no es necesario celebrar un día como el de hoy, pero aún queda mucho por hacer, por supuesto en lugares del mundo en los que la mujer ya no es que tenga menor valor que el hombre, sino que ni siquiera lo tiene. Pero también aquí, a la vuelta de la esquina, debemos seguir dando pasos hacia la verdadera igualdad. Por eso hoy me apetece hacer una reflexión y mostrar una realidad que a veces queda difuminada en este camino hacia la equidad: para conseguir una igualdad verdadera es más necesario que el hombre se "feminice", a que la mujer se "masculinice" (hecho este último que ya se ha producido en muchos casos).
Hoy en día a nadie nos extraña ver a una mujer que conduzca un autobús, que lidere un proyecto en una importante empresa o incluso que controle Alemania o Europa entera, que una niña juegue a fútbol con un balón... En cambio no saldriamos de nuestro asombro si en la guardería a la que llevamos a nuestro hij@ nos recibiese un hombre; o el máximo directivo de Iberdrola renunciase a su puesto de por vida para cuidar de su madre enferma; o si en ese mundo tan de hombres que es el deporte a algún chico le diese por dedicarse profesionalmente a la natación sincronizada o a la gimnasia rítmica.
El que las mujeres fumen tanto o más hoy día que los hombres, el que alguna se enorgullezca de no saber freir un huevo o el que en algunas casas sean ellas las que llevan los pantalones, solo es el 50% de los pasos que hay que dar para lograr la igualdad real. Ésta llegará más fácilmente cuando el hombre se atreva a llevar también las faldas en casa.
¡Feliz día de la mujer!
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