Tras años de querer y no poder, de recaida, batalla con Aquiles incluida y perdida de cierta esperanza y luz, este año ha llegado al fin el momento de resarcirse, de encontrar en el asfalto el camino, esa vía de escape escrita en mayúsculas.
15 km de Donostia, el punto de reinicio donde precisamente un día se encontró el punto de inicio. Calor, sol, bellas vistas, carrera en compañía de la amistad, cansancio, sufrimiento en todas sus vertientes y sobre todo incertidumbre. Camino de la caja de los sueños. Todo vivido, todo pretérito ya y formando parte de mi propio ser. 1:15:35 (5:02/km).

Behobia, el mayor síntoma de recuperación, de objetivo cumplido, de la carrera más grande, más incalificable. Filosofía de vida en cada zancada, sentimiento en cada ser, una historia que empuja a cada corredor. Un comienzo con efecto abrazo incluido al sonar en la salida la canción que me vio llegar a meta la última vez. Acercarse paso a paso a un deseo esta vez no unido a un tiempo, sino a una marca, esa que deja en el corazón todo lo que ES la Behobia: corazón, amigos, emoción, ánimos, gente, historias, público, empuje, luz, más que viento aire, pasión, sonrisas, lagrimas, ganadores, seres especiales y ojalá alguno muy especial... sentimiento. 1:42:51 (5:09/km).
No hay comentarios:
Publicar un comentario