Sentir perdido aquello con lo que te identificas, ese lugar que te acoge, que "es tuyo", supone un cierto punto de tristeza, algo que quizá Eñaut Elorrieta sabe describir muy bien en su disco "Deserriko kantak". Por eso mi última participación en la Aiako Harria BTT Maratoia fue algo así como reconquistar la tierra en cierta medida ocupada, perdida; perdida en lugar y tiempo.
"Ni ez naiz herriminez hilko
herriminez bizi, iraun baino..."
Comenzar y acabar en la plaza de Oiartzun tiene mucho de especial y este año, a eso, había que sumarle un recorrido a través de los cuatro montes que rodean el valle: Bianditz, Arritxulegi, Erlaitz y Urkabe. Rodear, abrazar el corazón del pueblo, el ser, fue una bonita metáfora de esa reconquista, de ese volver a sentir, volver a ser.
El tiempo en este 2013 poco importaba, el puesto menos aún, el hecho de no llevar chip en esta ocasión, invitaba más si cabe a sentir, a disfrutar del recorrido y el paisaje, de una subida suprema hasta Arritxulo unida a un descenso precioso por sendero hasta Minas, para llegar allí a ese monumento público y a la vez tan personal donde divisar, gozar y poder gritar, de nuevo subir hacia Erlaitz y en esa curva mágica divisar la mejor vista posible de Peñas de Aia y volver a otro de esos puntos made in Love of Lesbian.
"...ya hay paz, ya hay paz..."
Vistas infinitas, preciosas, camino a Gurutze para unirse al siempre presente Camino de Santiago, cumbre en Urkabe, ese monte que desde bien pequeñito me ha acogido en él, caída histórica incluida, y bajada vertiginosa hasta MI pueblo.
De nuevo un viejo sentimiento. No sé muy bien si soy yo quien reconquista Oiartzun o si es Oiartzun quien me reconquista a mí. Sea como fuere... Zaharrak berri.
"Zaharrak berri izango gara...
Izarrak ,indarra, argia!"
"Zaharrak berri izango gara...
Izarrak ,indarra, argia!"
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