Una vez más dispuesto a escuchar fuera de mí, mi ser interior, sentado en una butaca esta vez del Kursaal. Hoy son Vetusta Morla los que hacen de guía en ese viaje interno en el que se ha convertido cada concierto últimamnete y pronto comienzo a sentir que me sirven para recordar el "ruido" que supusieron en su momento, esa banda sonora del momento, que de un tiempo a esta parte me ha ido acompañando según haya sido mi estado de ánimo, mis sensaciones, mi yo.
Y es que hubo un día, que no sé si dejé de respirar, lo hice a bocanadas, hiperventilaciones o respiré a base de suspiros, pero sé que si lo hice fue por no ahogarme...
"Te he dejado en el sillón
las pinturas y una historia en blanco.
No hay principio ni final,
sólo lo que quieras ir contando.
Y al respirar intenta ser quien ponga el aire...
La burbuja en que crecí nos vendió comodidad
y un nudo entre las manos.
Yo escogí la ambigüedad, tú el fantasma y lo real,
todo en el mismo barco.
Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme.
aunque esta vez quizá será mejor marcharse."
Más tarde, con el aire ya en los pulmones, reconocí el bien, el buen gesto, la acción amable y la sonrisa cordial que ocultaba lo real, pero sonrisa al fin y al cabo. Al fin y al cabo... Al fin y al cabo... Al fin y al cabo... Al fin y...
Y es que hubo un día, que no sé si dejé de respirar, lo hice a bocanadas, hiperventilaciones o respiré a base de suspiros, pero sé que si lo hice fue por no ahogarme...
"Te he dejado en el sillón
las pinturas y una historia en blanco.
No hay principio ni final,
sólo lo que quieras ir contando.
Y al respirar intenta ser quien ponga el aire...
La burbuja en que crecí nos vendió comodidad
y un nudo entre las manos.
Yo escogí la ambigüedad, tú el fantasma y lo real,
todo en el mismo barco.
Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme.
aunque esta vez quizá será mejor marcharse."
Más tarde, con el aire ya en los pulmones, reconocí el bien, el buen gesto, la acción amable y la sonrisa cordial que ocultaba lo real, pero sonrisa al fin y al cabo. Al fin y al cabo... Al fin y al cabo... Al fin y al cabo... Al fin y...
"... Pasan los días
que nos quedan para irnos,
yo al bucle de tus olvidos...
Maldita dulzura la nuestra!"
Pasó un tiempo y me convencí de que todos tenemos lo que merecemos y que a nuestro al rededor, solo quedan los Buenos, con letra inicial en mayúscula. Y es que por mucha huella por pisar que dejen aquellos que un día desafortunadamente se fueron, son pero en nuestro corazón, y otros que sin irse se fueron y fueron, hoy ya no son, así que los que son, los Buenos son.
"No te asuste el desgastarme,
soy eterno...
ya llegará lo del cementerio
solo entonces lo mismo será que no serlo.
Lo sé porque muchos ya se fueron y hoy sigo sus pasos al caminar...
...solo quedamos los buenos
nadie nos enseña donde parar"
Así es. Efectivamente, nadie nos enseña donde parar, pero paramos, como paré yo en aquella butaca, rodeado de todos, rodeado de nadie, rodeado de todo. Descubriendo nueva sonrisa y bondad. Descubriendo un ser propio y ajeno que ya forma parte de mí. Descubriendo un juego que me ha dejado así: feliz.
"...Disfrazar, seducir, ponerme guapo para ti...
... Mirame, soy feliz
tu juego me ha dejado así"
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