Como el año anterior, me planté en Zumaia éste también con intención de encontrar en su triatlón popular un reto, una nueva ilusión. Si en 2013 el objetivo era terminar y hacerlo sin molestias en los gemelos, en 2014 la idea principal era hacer un tiempo majo y sobre todo utilizar la prueba como trampolín, como entrenamiento de cara a mi primera triatlón sprint, la de Hondarribi que se celebraba tan solo una semana después.
El primer tramo a nado me permitió conocer una salida sin golpes ni patadas de primeras, aunque sí las recibí de segundas al realizar el giro en la ciaboga. Nadé cómodo, sin forzar, pero avanzando con comodidad por el agua, hasta el punto de realizar el vigesimo octavo mejor tiempo al pasar por primera vez por el arco de meta: 7:45.
La primera transición resultó ser lo peor de la prueba, muy lenta. Problemas para colocarme las zapatillas, más problemas para ponerme el dorsal... casi dos minutos los que terminé por malgastar en esta fase de la prueba.
La bici, la parte en la que siempre más disfruto, volvíó a no defraudarme, y eso que me costó coger el ritmo de primeras y encontrar un grupo en el que rodar a gusto. Algunas rampas me hicieron sufrir lo justo, pero en el llano y en los pequeños descensos me sentí realmente cómodo. Vigésimo noveno mejor tiempo en el tramo sobre dos ruedas con un tiempo de 22:08.
Si la primera transición fue lamentable, la segunda fue mejor, mucho mejor, quizá de lo más especial de la triatlón, y es que sonaba en boxes "A sky full of stars" de Colplay. La mejor gasolina posible para dar paso a la prueba pie, esa que siempre me cuesta más que al resto de los triatletas. Canción del momento, en el momento más apropiado. Mi momento. Nuestra canción...
Supe correr relativamente a gusto e intente coger una zancada maja de carrera, pero siempre a un ritmo superior a cinco minutos el kilómetro: 12:55 los dos coma cinco kilómetros que tenía el tramo a pie. Puesto quincuagésimo cuarto en el sector de runing.
Supe correr relativamente a gusto e intente coger una zancada maja de carrera, pero siempre a un ritmo superior a cinco minutos el kilómetro: 12:55 los dos coma cinco kilómetros que tenía el tramo a pie. Puesto quincuagésimo cuarto en el sector de runing.
Todo ello me condujo a finalizar con un tiempo de 42:48, la triatlón supersprint más rápida que jamás antes haya corrido, finalizando en la posición cuarenta de un triatlón que tiene un toque especial, por sus buenos organizadores, por el lugar en el que se desarrolla y una vez más por las vivencias, las sensaciones que uno es capaz de vivir en ella al subir las especiales escaleras cuando se acaba el tramo a nado, cuando te encuentras rodando en grupo ya volviendo de Oikina o, por supuesto, cuando llegas al faro en esa esquina del espigón donde sabes que ya queda menos para ver la luz, la meta.
http://www.triatloi.org/campus/pub/clasificacionPrueba.asp?idioma=eu&idPrueba=160
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