Supongo que ha sido mi padre el que me ha enseñado a sentir los octubres de modo diferente, mirando al cielo, sintiendome nervioso, disfrutando de los distintos tonos que surgen en los bosques y valorando el viento Sur a pesar de que a muy pocos les guste. Él lo ha hecho año tras años al menos desde que yo tengo uso de razón, o mejor dicho quizá, desde que él tiene uso de razón; él lo hace por las palomas yo en cambio por las carreras...
Parece de todos modos que este octubre las carreras han quedado aparcadas esperemos que hasta el octubre próximo, no más, dando paso eso sí a la más deseada de las palomas, a la blanca, a la de la paz, esa paz que el 20 de octubre se apareció en la plaza de Oiartzun para celebrarla en solitario con la mirada perdida en el futuro, un futuro diferente, desconocido, hasta hace poco utópico... tan utópico, tan real, que hizo creer aún más en la razón de ser de este blog: Gaurko utopiak...
Y así creyendo haber perdido casi todo terminé por ver mis deseos y encontrar mi propia mirada, expresé lo que sentía a pesar de creer mínimamente en la utopía... y el sentido de este blog tuvo de nuevo razón, quizá la más bella de las razones que nunca antes había tenido para mí.
Así, dejándose arrastrar por el viento Sur se va octubre una vez más y con él se lleva las carreras y espero que tanto dolor que un día generé en aquellos que tanto quiero, pero nos deja la paz, el perdón y sobre todo a ti, a mí, a nosotros.
Gaurko utopiak...
No hay comentarios:
Publicar un comentario